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México

Una mujer y sus nietos murieron abrazados mientras el fuego consumía su hogar

Una pequeña casa donde vivía doña Griselda con seis de sus nietos, fue consumida en llamas cuando ellos se encontraban al interior y se pudo saber que murieron abrazados mientras esto sucedía.

Publicado el

Por: Jorge Rojo

MORELIA, Michoacán.- Una pequeña casa ubicada en la colonia La aldea, en Morelia, Michoacán, donde vivía doña Griselda con seis de sus nietos, fue consumida en llamas cuando ellos se encontraban al interior y se pudo saber que murieron abrazados mientras el inmueble se incendiaba.

De acuerdo con el testimonio de los residentes del lugar, el Cuerpo de Bomberos llegó demasiado tarde al lugar, puesto que al ingresar a la vivienda pudieron encontrar los cuerpos en un rincón, sobre una cama y fundidos por el fuego. 

 

POSTA visitó el lugar

POSTA arribó al lugar donde el silencio pesaba como plomo, donde las risas y juegos infantiles habían sido silenciados por la tragedia. El aire estaba cargado con un olor que cortaba el alma, un olor a muerte que envolvía los escombros de lo que alguna vez fue un hogar.

Pablo recordaba a 'Pachis', un niño de apenas seis años que solía ayudarlo en pequeñas tareas, moviendo piedras o arena, tratando de ganarse unos pesos como ayudante de albañil. Aunque era evidente que no era tomado en serio por los adultos, él lo hacía con el corazón, intentando ayudar a la familia de doña Griselda, quien a sus 80 años de aún luchaba por sobrevivir en un mundo que no ofrecía muchas oportunidades para alguien de su edad.

Los niños habían llegado a ese lugar tras enfrentar terribles tragedias. Una madre había sido arrebatada de ellos hace un año, mientras que la madre de otros estaba tras las rejas, incapaz incluso de asistir al funeral de sus propios hijos. En medio de todas estas adversidades, la comunidad se unía en preocupación por el futuro de estos pequeños, conscientes de los desafíos que enfrentaban en un entorno lleno de dificultades.


 

Los vecinos recuerdan a la familia

Una mujer, cuya identidad no se dio a conocer, recordó cómo hace unos días dos niños visitaron su tienda de papelería, buscando un dado para jugar con un viejo juego de mesa que parecía ser su regalo del 'Día del Niño. Sin dudarlo, se los regaló, pero ahora lamenta que esa fuera la última vez que los vio.

Pablo, por su parte, rememora cómo 'Pachis' estuvo con él el día del incendio. Le pagó 100 pesos por ayudar a mover unas piedras y juntos lograron instalar unas rudimentarias mangueras para tener algo de agua en medio del calor asfixiante que sufrían.

Ese mismo día, doña Gris y Pablo compartieron una modesta comida de tres tortillas con salsa. Los gestos de generosidad de la anciana eran frecuentes, y sus charlas llenaban de inspiración al vecindario, donde los niños, algunos sin registro ni educación formal, encontraban un rayo de esperanza.

Aunque la tragedia golpeó esa noche, tres de los nietos lograron salvarse: uno permanece en rehabilitación, otro fuera de casa por haber acudido a visitar a un familiar y uno más trabajando en la central de abasto.

Hoy, el terreno es un baldío donde se han colocado ofrendas en memoria de la familia, junto con juguetes viejos y restos carbonizados y los perritos que aún merodean reflejan con su tristeza el dolor de la pérdida, sin poder abandonar el lugar donde sus amos desaparecieron.


 

La tragedia conmovió a la comunidad

La tragedia conmovió profundamente a los vecinos, residentes de las colonias cercanas e incluso a toda la capital del Estado de Michoacán. Tanto así que una funeraria ofreció sus servicios de forma gratuita para los siete fallecidos, permitiendo que los pocos familiares que aún quedaban pudieran afrontar este difícil momento sin preocuparse por los costos.

Al mismo tiempo, se hizo un llamado a la comunidad para que, cuando los cuerpos fueran entregados y velados en las instalaciones de la funeraria, quienes desearan acompañarlos lo hicieran con flores blancas, en un acto de despedida que seguramente sería emotivo.

Sin embargo, hasta el momento los cuerpos no han sido entregados debido a las diligencias realizadas por los peritos, quienes necesitan separar los restos para una identificación jurídica precisa. Esto se debe a que, según algunos relatos de los habitantes, podría haber animales que se refugiaban junto con la familia en la casita incendiada. Los reportes sugieren que están tratando de discernir si los restos encontrados son humanos o de animales.

La inexplicable tragedia, en última instancia, tiene una causa raíz en la miseria que fue empeorando con el tiempo, hasta que finalmente estalló en el incendio que consumió la humilde vivienda. 

Además, en el lugar donde se encontraba la casa se colocaron diversas ofrendas, flores y una virgen en memoria de la familia fallecida.

Con información de Iván Macías de POSTA CDMX.

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