Pereza binaria
Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas, tu micro mini podcast en el que escribo cosas para luego leerlas y dejar de sentir culpa.
MONTERREY, Nuevo león.- Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas, tu micro mini podcast en el que escribo cosas para luego leerlas y dejar de sentir culpa por no hacer lo que alguien dice que tengo que hacer… a menos que ese alguien sea la ley, porque no soy presidente, si fuera presidente sí podría no hacerlo porque pues qué caso tiene ser presidente y no poder saltarse la ley, pero ese es otro tema con el que indignaré a mucha gente en otro momento.
A lo que me refiero hoy es específicamente a este binarismo intelectual que abunda en redes y que limita cualquier pensamiento que busque estar en medio de una postura como si todo en la vida fuera un partido de futbol en el que o le vas al rojo o le vas al azul.
Que por cierto, hasta en esa analogía hay un espacio para celebrar una buena jugada así fuera del equipo rival.
Pero la cosa es que nos encanta clasificar la realidad en conceptos binarios.
Bien y mal
Luz… de claridad y oscuridad
Grande y pequeño
Todo o nada
Y sí, el pensamiento binario es la diferenciación más simple para separa una cosa de la otra, y pues requiere muy poco esfuerzo mental, lo cual no necesariamente lo estoy diciendo de una forma despectiva, es un hecho, las dicotomías son populares porque son simples, aunque no por eso son efectivas.
Quienes utilizan este modo de pensamiento tienden a generalizarlo todo.
Si no estás conmigo, estás en mi contra; si no piensas como yo, estás mal y si ya no piensas como antes, peor.
En mi caso, cambio constantemente de opinión. Me gusta hacerlo.
Me gusta saber que puede comenzar a gustarme el rosa cuando antes lo odiaba, que puedo entender el peso social de los corridos tumbados cuando antes los juzgaba, que ahora pienso que las quesadillas pueden ir sin queso y está bien.
Cambiar de opinión me hace sentir libre porque no me ata a esa idea de que debo pensar lo mismo que cuando tenía 21 años por que si no, no tengo firmeza en mis convicciones. Sí, sí tengo. Pero no en todas.
Hay muchas cosas en las que creo y que no son negociables. Y que no me voy a mover de ahí.
Pero hay muchas otras en las que estoy dispuesta a escuchar el otro lado y sobre todo abierta a cambiar de opinión.
¿Por qué antes no decías eso?
Porque antes no lo pensaba así.
No es ciencia cuántica.
Aron Beck, a quien se le atribuye la terapia congnitiva, decía que todos distorsionamos de algún modo la información que recibimos… es como cuando yo digo que no hay opiniones “objetivas”, todas son subjetivas, somos sujetos que interpretamos la realidad de acuerdo a nuestros contextos…
Entonces Beck decía que el problema surge cuando este sesgo en el procesamiento de la información se da en forma rígida y estereotipada generando disfuncionalidad en la persona.
A este tipo de pensamiento Beck lo clasificó como primitivo e inmaduro, porque quien así lo hace tiene problemas para identificar las diferentes dimensiones de la realidad que están considerando, porque no existen las gradaciones sino las polaridades.
Así, se hacen juicios categóricos y se atribuyen significados extremos y absolutistas en lugar de tomar en cuenta diferentes dimensiones y aplicar pautas relativas.
La realidad es una construcción social y cada quien la construye según sus herramientas.
Y para mi, la incapacidad de dejar de pensar en binario es pura pereza mental.
Estoy convencida de que el pensamiento dicotómico o binario, reduce sustancialmente nuestra capacidad de aprender nuevas cosas, porque es ver al mundo solo como bueno o malo, blanco o negro. Y a mi me maman los matices.