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Internacional

Investigación revela altos niveles de azúcar en alimentos infantiles de Nestlé

Una nueva investigación llevada por Public Eye reveló altos niveles de azúcar dañinos en alimentos infantiles de Nestlé, vendidos especialmente en países con economías bajas y medias

Imagen difundida por Public Eye sobre el Cerelac y Nido que muestra varios terrones de azúcar. Foto: Public Eye
Imagen difundida por Public Eye sobre el Cerelac y Nido que muestra varios terrones de azúcar. Foto: Public Eye

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Por: Jesús Morales

VEVEY, Suiza.- A través de una investigación realizada por Public Eye y la Red Internacional de Acción sobre Alimentos Infantiles, se ha descubierto que varios alimentos infantiles producidos por Nestlé, los cuales se venden a países con economías de ingreso bajo y mediano, cuentan con un cubo y medio de azúcar por ración, en alimentos señalados para bebes de seis meses.

Public Eye es una ONG suiza dedicada a realizar investigaciones sobre “violaciones de derechos humanos perpetradas por empresas suizas en el extranjero.” Por su parte, la Red Internacional de Acción sobre Alimentos para Lactantes (IBFAN por sus siglas en ingles), es una red mundial que basa su trabajo en “la justicia social, los derechos humanos y la protección del medio ambiente”, que ha realizado trabajos sobre “la lactancia materna y la alimentación de los niños pequeños”.

Dicho lo anterior, una de las conclusiones a las que llega la investigación es que, “las dos principales marcas” de alimentos infantiles vendidas por Nestlé, que son comercializadas como “saludables y esenciales para el desarrollo de los niños” en países de “renta baja y media”, contienen “altos niveles de azúcar añadido. Sin embargo, en Suiza, donde Nestlé tiene su sede, este tipo de productos se venden sin azúcar añadido.


En la investigación, los productos señalados son el cereal infantil, Cerelac y la leche en polvo, Nido, productos que han ayudado, con base a la investigación, a que Nestlé mantenga el 20% del mercado de alimentos para bebés. Incluso, ambas están entre las marcas más vendidas para este sector entre los países “de renta baja y media.”

En ese sentido, aunque las marcas están pensadas para que los infantes lleven “vidas más saludables”, así como se satisfagan sus necesidades alimenticias, la niveles de azúcar añadidos muestran otra situación. Sin embargo, la presencia de estos depende, como lo marca el estudio, de los países en los que se comercialice.

En una comparativa, mientras que el Cerelac iniciado para “bebés de seis meses” que se vende en Suiza, Alemania y Reino Unido no cuenta con azúcares añadidos, el mismo producto contiene 6 gramos de azúcares añadidos por ración en el que se vende para Senegal, Sudáfrica y Tailandia, mientras que en Etiopía lleva 5 gramos por ración.


La diferencia es tal que, en Alemania, Francia y el Reino Unido, los cuales son sus principales mercados en Europa, las leches en polvo vendidas por Nestlé, indicadas para infantes de uno y tres años, tampoco cuentan con azúcar añadido. Asimismo, los cereales para bebés de seis meses tampoco cuentan con tales características, aunque sí aparecen azúcares añadidos en los indicados para niños mayores.

Según Nigel Rollins, experto consultado para la investigación y perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, se trata de un problema ético y de salud pública, pues: 

los fabricantes intentan habituar a los niños a un determinado nivel de azúcar desde una edad muy temprana, de forma que posteriormente muestren preferencia por productos con alto contenido en azúcar.”

Nigel Rollins

Científico de la Organización Mundial de la Salud.

Como una de las preocupaciones indicadas en la investigación, resulta que el azúcar añadido no es mencionado en la información nutricional de los envases, pues, aunque sí mencionan las vitaminas, minerales y demás nutrientes, por lo que hay una falta de transparencia.

En relación a esto, se dice en el texto que, luego de reunir productos Cerelac y Nido procedentes de varios países, al tratar de examinarlos con laboratorios especializados de Suiza, varios se negaron y, señalando el caso particular de uno, este dijo que los resultados “podrían tener un impacto negativo en clientes para los que trabajan”. Pese a ello, sí pudieron ayudarse de uno ubicado en Bélgica.

Por tanto, se analizaron 115 productos de Cerelac de los “principales mercados de Nestlé en África, Asia y América Latina”, los cuales arrojaron que en 108 de ellos, es decir, el 94 % contenían azúcares añadidos. A la par, en 67 de ellos pudieron determinar la cantidad de azúcar añadido, con una media de 4 gramos por ración, que es igual a un terrón de azúcar.


De todos estos, la cantidad más alta encontrada fue en uno vendido para las Filipinas, que contaba con 7.5 gramos por ración, señalado para bebés de seis meses. Por su parte, en el Cerelac de la India fue de casi 3 gramos por ración, en el de Sudáfrica contenía 4 gramos o más de azúcar añadida y en Brasil 3 gramos por ración en “tres cuartas partes” de Mucilon, que es el nombre con el que se vende el Cerelac en ese país.

En el caso de los productos Nido analizados, se sirvieron de 29 comercializados en el mundo en “los principales mercados de países de renta baja y media” y resultó en que en 21 de ellos, o sea, el 72 % tuvo azúcar añadido.

En 10 de ellos pudieron determinar la cantidad del azúcar añadido, con una media de 2 gramos por ración, siendo el vendido en Panamá el que tuvo el marcador con mayor valor, con 5.3 gramos por ración.

En Indonesia, el mayor mercado mundial de Nido, vendido bajo el nombre de Dancow, se determinó que cuenta con 0.7 gramos por ración en el comercializado para niños de un añoSin embargo, en el mismo se promociona que no tiene “sacarosa”, la cual sí contiene y la OMS menciona como una sustancia que no debe añadirse a alimentos infantiles.

Asimismo, en la mayoría de países de Centro América la leche en polvo para niños de partir de un año contienen 1 terrón de azúcar por ración, mientras que en Nigeria, Senegal, Bangladés y Sudáfrica, “todos los productos para niños de uno a tres años contienen azúcar añadido”.

Considerando lo anterior, Karen Hofman, otra experta consultada por los investigadores y profesora de Salud Pública de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, Sudáfrica, para ella esta “es una práctica colonialista que no debe tolerarse”. 

Adicionalmente, la investigación acusa las nuevas estrategias de marketing que maneja Nestlé, que lleva más allá su marketing médico, impulsado por sitios o campañas médicas de educación alimentaria, haciendo uso del impulso de sus productos por medio de las plataformas de influencers en países fuera del norte global, citando los casos de dos ubicadas en Sudáfrica y Guatemala.

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Incluso, en el texto se cita al escándalo por el que cruzó la misma marca suiza en la década de 1970, bajo la campaña de The baby killer, a través de la investigación impulsada por A War on Want, que acusaba a Nestlé de promocionar y vender leches infantiles en polvo en el Tercer Mundo que enfermaban e, incluso, causaban la muerte en los infantes. Después de ello, supuestamente, la marca aprendió de sus errores y manejó un discurso sobre mantener un compromiso en la “comercialización responsable” de sustitutos de la leche materna.

Campaña The Baby Killer de A War on Want

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