Disfrutan miles de Megaofrenda del Día de Muertos
Miles de capitalinos disfrutaron de la Megaofrenda del Dia de Muertos instalada en la explanada de la Plaza de la Constitución.
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde la noche del 30 de octubre, el viernes 1 y durante el sábado 2, tras la culminación del gran desfile del Día de Muertos, miles de capitalinos, entre ellos familias, parejas, turistas y curiosos, disfrutaron de la Megaofrenda instalada en la explanada de la Plaza de la Constitución hasta la noche del domingo 3 de noviembre.
Esta muestra efímera incluyó 21 calacas gigantes de cartonería de entre 6 y 10 metros de altura, un altar monumental dedicado a los dioses del agua y la guerra, Tláloc y Huitzilopochtli, de 17 metros de altura. También contaba con un espejo de agua de más de 200 metros cuadrados, dos trajineras, una chinampa monumental y un jardín de cempasúchil con 10,000 plantas provenientes de productores de Xochimilco.
¿Quiénes participaron en la creación de la Megaofrenda?
Auspiciada por el gobierno capitalino en un esfuerzo por fomentar las tradiciones, este año la ofrenda fue denominada “Procesión” y fue un proyecto del Taller de Arte Xibalbá. En su creación colaboraron el Colectivo El Volador, Zion Art y la Comparsa Río de Papel, donde más de 100 artistas, cartoneros, escultores, pintores, soldadores y escenógrafos trabajaron, inspirados en la obra gráfica de Eduardo Robledo, grabador originario de la alcaldía Xochimilco.
¿Qué ambiente se vivió durante el evento?
El ambiente de verbena se hizo sentir con la gente disfrazada y la venta de antojitos como elotes, tostadas, tamales, atole y café, creando un entorno festivo en la Plaza de la Constitución.
¿Cómo se iluminó el evento?
Este año, 60 trabajadores de la Dirección de Alumbrado se encargaron de iluminar los edificios del gobierno capitalino. Los dos conjuntos monumentales en los extremos representaban calaveras cultivando flores de cempasúchil, en tonos amarillos y rojos, con hojas que contenían símbolos de la tierra fértil para la cosecha de la flor. Al centro, un mosaico luminoso mostraba una calavera tradicional que representaba a una catrina surrealista, adornada con una corona de flores, principalmente cempasúchil naranjas y flores moradas.