Día de Muertos en Chiapas, entre la devoción y el olvido
Las comunidades indígenas y zonas urbanas comenzaron con las visitas tradicionales a sus camposantos, para celebrar este primero y 2 de noviembre.
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chiapas.- Tumbas y caminos se llenan de personas, familias enteras que vienen a hacer compañía a sus seres queridos llevando comida, bebidas, velas y música.
Las comunidades indígenas como Zinacantán, inician los rituales desde muy temprana hora para dedicar el día a comer frutas y verduras, antojitos y caldos junto con sus muertos, cuyas tumbas llenan de coloridas flores que son cultivadas en la localidad.
Los rezos y canciones son acompañadas de bandas de música, como guitarras y arpa, tradicionales en las zonas indígenas donde las lenguas, tzotzil y Tseltal, llenan de murmullos el espacio dedicado al panteón comunitario.
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Las autoridades tradicionales recorren las tumbas para regar agua bendita y recibir a cambio unas monedas como agradecimiento. El panteón de Zinacantán es visitado durante varios días por quiénes permanecen en pequeñas bancas de madera, como una forma de homenaje a sus muertos.
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¿Hay recorridos por los panteones?
En San Cristóbal de las Casas, el panteón municipal lució abarrotado y profusamente adornado con flores de cempasúchil y terciopelo, para recibir a familias que tienen a deudos en las tumbas que datan desde el año 1900.
Una de las más visitadas y que es motivo de recorridos turísticos es la tumba de Enedina García, una curandera que muchos catalogan como bruja, y que, a la fecha en su última morada, recibe solicitudes de intercesión, dejando a cambio cigarros, veladoras y cervezas.
Las tumbas históricas de este recinto incluyen la presencia de héroes históricos como Crescencio Rosas, defensor liberal que participó en el sitio de Puebla y considerado héroe libertador de la capital de Chiapas, cuándo sucede era San Cristóbal de las Casas.
También se encuentra la tumba de José Erasto Urbina, alcalde en tiempos de Lázaro Cárdenas, que prohibió el separatismo entre mestizos e indígenas, pues los naturales de Chiapas estaban confinados a caminar por debajo de las banquetas y eran agredidos de manera violenta. Es considerado uno de los primeros defensores de los indígenas en la localidad.
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Es como un ver en las tumbas indígenas la presencia de botellas de refrescos consideradas dentro de sus rituales y gustos particulares.
Las bebidas gaseosas de cola se han convertido en un emblema de las comunidades de los altos de Chiapas, reportadas como las más altas consumidoras de este tipo de mercancía no indígena.
