Perú despide a Fujimori con honores de Estado y duelo nacional de tres días
Los restos del expresidente Alberto Fujimori fueron recibidos con honores de Estado en el Ministerio de Cultura, mientras el Gobierno decretó duelo nacional.
LIMA, Perú.- Este jueves 12 de septiembre de 2024, Lima fue escenario de un emotivo y solemne tributo al expresidente Alberto Fujimori. Tras su fallecimiento, sus restos fueron trasladados desde su residencia en San Borja hasta la sede del Ministerio de Cultura, donde recibió honores de Estado, como dicta el protocolo oficial en Perú. El acto estuvo acompañado por un fuerte despliegue policial y una escolta de seguridad, reflejando la importancia de la figura que marcó profundamente la historia reciente del país.
La presidenta de la república, Dina Ercilia Boluarte Zegarra, acude al velatorio del expresidente Alberto Fujimori, en el Museo de la Nación, para ofrecer sus condolencias a la familia. pic.twitter.com/EZz3XWsRro
— Presidencia del Perú 🇵🇪 (@presidenciaperu) September 12, 2024
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En su trayecto, el vehículo fúnebre fue seguido por simpatizantes y ciudadanos que querían dar su último adiós. Al llegar al ministerio, una guardia de honor esperaba la comitiva, compuesta también por sus hijos Keiko y Kenji Fujimori, quienes junto a otros familiares cercanos acompañaron el féretro hasta su destino final. Las banderas fueron presentadas en señal de respeto, un gesto que recordó el fuerte legado político de Fujimori, tanto en sus éxitos como en las controversias que definieron su mandato.
La ceremonia se llevó a cabo en el salón Nazca del Ministerio de Cultura, lugar histórico que alguna vez fue el Museo de la Nación. En este espacio, los asistentes pudieron despedirse del expresidente en un ambiente de recogimiento. La presencia de altos mandos militares y policiales, así como la del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, destacó el carácter oficial del evento, que fue seguido por una nación dividida entre el recuerdo de un líder polémico y los logros de su administración.
El Gobierno de Perú decretó tres días de duelo nacional en memoria de Fujimori, como lo establece el protocolo oficial ante la muerte de un expresidente. Las banderas en los edificios públicos fueron izadas a media asta, y el país entró en un periodo de reflexión sobre el impacto que tuvo su figura en la historia moderna del Perú.
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El protocolo para el funeral, que fue firmado en su día por Alejandro Toledo, su principal rival político, establece que un expresidente debe recibir los mismos honores que cualquier mandatario en funciones. Este gesto protocolar resalta la importancia del legado presidencial, más allá de las diferencias políticas.
El velatorio de Fujimori fue un evento privado en cuanto a su traslado inicial, pero las exequias serán abiertas y contarán con la presencia de representantes oficiales. Se espera que la presidenta de la República, o su representante, encabece el cortejo fúnebre, un acto que será seguido por miles de peruanos y medios internacionales.
La despedida de Fujimori no sólo marca el fin de una vida, sino el cierre de un capítulo importante en la política peruana. A pesar de las críticas que recibió durante y después de su mandato, su impacto es innegable, tanto por las reformas que implementó como por las controversias que surgieron.
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Así, el Perú se prepara para despedir a uno de sus líderes más complejos, en un proceso de luto que reabre viejas heridas, pero también recuerda la capacidad de un país para rendir homenaje a su historia.
